MI VIDA EN STUTTGART

miércoles, 9 de marzo de 2011

Miércoles 9 de marzo

En la era pre facebook, mi cumpleaños pasaba casi siempre inadvertido para mucha gente, excepto si decidía celebrarlo, ahí como invitaba con anticipación la cosa variaba, pero igual tenía que celebrarlo onda a fines de febrero, sino los primeros días de marzo, porque de lo contrario todos estaban de vacaciones. Suena triste no? Pero bueno, es lo que me tocó por nacer en verano. Con el tiempo, uno se acostumbra y ya con los años, los verdaderos amigos recuerdan llamar y saludar.
Ahora con el facebook y su recordatorio, eso pasa menos. Claro, yo debería ponerme contenta y sí, me gusta que el día de mi cumpleaños haya más de 40 posteos deseándome lo mejor. Es rico saber que alguien se tomó un par de segundos para escribir unas cuantas palabras de buena onda. Eso es mejor a que sólo transcurra el día y nadie se acuerde de mi.  
Pero en mi cumpleaños del año pasado, facebook desató un conflicto en mi interior.  El tema en cuestión empezó cuando esta red social se transformó en el suplente del llamado telefónico. A qué me refiero? A que ya estaba acostumbrada a que mis amigos de la vida me llamaran el 21 de febrero, o unos días después en algunos casos. Entonces, cuando en vez de un llamado me encontré con un saludo en mi muro, como que quedé en shock… o sea, tanto  costaba tomar el celu y llamar?... no, eso no me gustó.
Me sentí sola. Es que llevaba más de un mes en cama, estaba con la tremenda panza y yo esperaba un llamadito más que sea. Igual no me quejo, mi celu sonó ese domingo. Pero esos dos o tres posteos me dejaron pensando.
Ahí me di cuenta que quizá yo había hecho lo mismo antes. Claro, con tanta tecnología a nuestro servicio como que uno pierde el norte del contacto humano a veces. De ahí en adelante, comencé a preocuparme por saludar en directo a quienes yo consideraba mis amigos de la vida.
Años atrás, me había hecho la misma pregunta pero con el tema de los mensajes de texto. O sea, escribir un mensaje probablemente te toma más tiempo que marcar y llamar. Sí, yaaaa es verdad que es más barato, pero 10 segundos para decir feliz cumple! tampoco es tan caro no?.
Bueno, el asunto es que este año todo fue radicalmente distinto. Estando a miles de kilómetros y considerando que llamar para acá es bien caro, pucha que me alegró leer todos los saludos en mi muro. Como nunca recibí saludos, de allá, de acá y de todos lados, y siguieron apareciendo hasta unos días después, de hecho se juntaron con los de la Libe. Por mi facebook ella también estuvo super saludada. Fue muy reconfortante, me sentí muy acompañada pese a la distancia.
Todo esto me ha llevado a reflexionar sobre el uso y abuso de las redes sociales y en cómo están lenta e invisiblemente ocupando espacios que antaño eran sólo de contacto humano. Es cierto que hay situaciones donde la red es “el medio de contacto”, como mi caso ahora por ejemplo. Pero no quisiera volver y seguir relacionándome de muro a muro con algunas personas.
Es verdad que es super rico copuchar en los muros ajenos y enterarse de la vida de los amigos, conocidos y demases, a quién no le gusta enterarse de detallitos sabrosos simplemente haciendo click? Y aprovechando los momentos de ocio y  la poca privacidad que algunos tienen, meterse a husmear en las cuentas de aquellos que conocemos pero no son nuestros amigos? Mirar sus fotos, leer comentarios y así ponerse al día con cosas que de otra forma tal vez nunca sabríamos. No lo nieguen, todos lo hemos hecho.
En fin, para bien o para mal, las redes sociales van ganando terreno, y lo que una vez nos puede no gustar, después puede ser muy gratificante. Las circunstancias varían dentro de un mismo escenario, pero yo quiero seguir escuchando mi celu o recibiendo en mi casa los saludos de cumpleaños y entregándolo en persona a quien corresponda. Sin ánimo de hacer un juicio valórico, a quién no le gusta más un llamado que un posteo?
Ya dije que mi cumple es el 21 de febrero? Parece que si. Por si aca!