MI VIDA EN STUTTGART

jueves, 26 de abril de 2012

Los asados a la alemana

A mi me encantan los asados, no digamos que soy carnívora de letras mayúsculas, pero de vez en cuando me como su trocito de carne roja. Cuando digo que me encantan los asados, es porque me encanta el rito que hay en torno a esta actividad grupal (sólo debe ser bien fome o no?). El ponerse de acuerdo, que la cuota, que el copete, que las ensaladas, que el postre (cuando la cosa es más producida, o cuando hay hartas minas involucradas jiji), que dónde, quién presta la casa?!... y durante la preparacción del asunto surgen todas las personalidades qeu uno pueda encontrar en una sociedad, el líder que organiza, la que cacha como hacer todo, el que saca la vuelta, la que es seca para preparar copete, la escrupulosa que quiere todo limpio, la vegetariana que fue a puro compratir, el curao jugoso y el encargado de la parrilla, casi siempre hombre, que prepara el fuego y cacha el tejemaneje de los utensilios y cómo y cuándo cortar y aliñar la carne... en fin, lo mejor es que ocasiones para celebrar a un chileno/a nunca le faltan y acá hecho de menos eso, muuuuuuuuucho!! Echo de menos  los asados de mi papá, que son lejos los mejores del mundo, porque sabe cómo nos gusta la carne a cada integrante de la familia y además goza preparando el asado como nadie... es seco para la parrilla mi viejo!!

Pero ese sistema de la cuota y que tú traes esto y yo lo otro, acá en Alemania no corre... acá los asados son bien diferentes, ricos, pero diferentes.

La primera vez que alguien me relato su experiencia en un asado a la alemana casi me fue de espaldas cual Condorito. La cosa era más menos así (lo voy a relatar en primera persona, pero no soy la protagonista ya?): "mi novio me invitó a un asado en casa de unos amigos de él. Por razones de tiempo, quedamos en juntarnos allá. Yo no pedí mayores detalles a aparte de la dirección, total eran sus amigos y él me estaba invitando. Cuál no sería mi sorpresa cuando llegué al lugar y comencé a darme cuanta que cada uno llevaba su pedazo de carne y sus salchichas (acá el asado no es asado si no hay unos cuantos tipos de salchichas), su copete, en fin, todo lo que quisiera comer, lo ponía en la parrilla y se lo comía cuando estaba listo... yo parada ahí sin conocer a nadie, con un vaso de bebida en la mano que alguien que cachó que yo no tenía nada, me convidó, muerta de hambre, con un olor de los dioses saliendo de la parrilla  y esperando a mi novio, que más encima, venía atrasado... me quería morir... de vergüenza, de hambre, de rabia con mi novio..."

Vuelvo a ser yo... cuando me contaron esto no lo podía creer, lo que más me llamó la atención era que nade compartía la comida, o sea, si llevaste poco y te dio más hambre, jodiste!!. Mi impresión de los asados como rito acá en Deutschland fue bien malita en realidad, pero después tuve la ocasión de asistir a algunos que fueron bien distintos.

En resumen, acá la cosa es así, todos llevan su bandeja de carne, un extranjero llevará probablemente lo que se coma en su país para los asados, un chileno de seguro lleva carne roja, un alemán llevará carne de cerdo bien aliñada y las infaltables salchichas, que las hay largas, cortas, gruesas, finitas, de otros colores, a parte del típico color cecina que yo conocía, tipo longaniza, etc, otros el pollo y así... cada uno pondrá su aporte en la parrilla y entre todos van mirando y asando la carne. El copete se comparte, el pan se comparte, las ensaladas (cuando hay) también se comparten. Cuando la carne está lista, alguno la toma y la corta en trozos pequeños en una bandeja, que después circulará por las manos de todos los comensales. Para el caso del choripán, cada uno toma un pan, y cuando crea que hay una salchicha en su punto, la saca, la pone en el pan y se la come. De seguro habrá mayonesa, ketchup y alguna otra salsa picante que algún fanatico del chili llevará. Ah! y bueno, si hay un chileno, hay pebre!! 

Así de fácil, sin complicaciones de qué llevo yo, qué llevas tú, a quién le pasamos la plata, quién compra... todo es compartir.

Me gustó este sistema. Gente en torno a una parrilla, conversando, a veces le lleva su canto también, cuando hay niños, ellos juegan y la cosa es bien light y relajada. Aclaremos que esto yo lo he vivido en un ambiente donde hay mayoritariamente extranjeros, pero según me han contado, entre alemanes simpáticos la cosa funciona más o menos igual.

No cambio los asados de mi papá, ni las ensaladas de mi mamá y mi pebre (que me queda bien rico), pero volviendo a Chile voy a probar a ver cómo resulta esta metodología para organizar asados... quién dijo yo y se anota??. Los espero!!



Esta foto es de un asado con los compañeros de universidad del Coso, el motivo: el cumpleaños del Coso y la llegada de la primavera.

PS: por favor, que ningún vegetariano se sienta ofendido por mi relato, respeto todas las opciones y yo creo en la cadena alimenticia, qué le voy a hacer.


 

domingo, 8 de abril de 2012

Un domingo de Pascua a la alemana!!

Leí por ahí que la tradición del conejo de Pascua viene de Alemania, que representa la vida, la fertilidad y la llegada de la primavera. Y hoy, en mi segundo y último domingo de Pascua por estas tierras pude experimentar un domingo de Pascua muy a la alemana. He aquí los hechos.

La semana pasada conversando con mis vecinas en el jardín (en alemán, permítanme hinchar mi pecho de paloma por fa) quedamos en celebrar la búsqueda de huevitos en el jardín todos juntos. Así que ayer sábado santo, mi vecina de abajo se encargó de avisarnos que el evento era a las 08:30 de la mañana...

Y bueno, a esa hora figurábamos todos abajo, tres parejas con tres niñas de 4, 2 y 1 añitos.

Nosotros bajamos con unos cuantos huevos y conejos de chocolate como para ir escondiendo de a uno; y es que así había sido siempre en mi casa, los huevos se escondían de a uno, dentro de la casa y uno buscaba hasta que completaba la cuota correspondiente.

Pero acá la cosa es más producida. No se esconden huevitos por unidad, se esconden canastas con varios huevitos de distintos tipos y tamaños, llevan además otras golosinas, stickers, y regalitos varios. Guaaaauu!! y las canastas en cuestión eran bien bonitas. Mis vecinas le escondieron canastitas a la Libe, mientras nosotros poníamos grupos de huevitos por el jardín (como para salvar la falta de preparación al evento). Claro que mi sorpresa fue más cuando vi que no solo eran huevos de chocolate sino que también habían huevos de verdad (cocidos of course) pintados!!! y que la niña más grande los buscaba y se ponía igual de feliz al encontrarlos, como si fueran de chocolate.

De ahí nos quedamos conversando con mis simpáticos vecinos, tan amables ellos, como cachan que el Coso habla poco alemán, le hablan en inglés, pero conmigo es puro alemán... síiii, me creo la muerte y qué?. El asunto es que entre cholate y chocolate, un vecino empezó a pelar los huevos de verdad y se los comía como quien come uno de chocolate. La Libe por su parte quiso hacer lo mismo, y ahí estaba mi chiquilla comiendo huevo duro a las 9 de la mañana.

Fue una actividad bien bonita. Además hay que agregar que acá la gente adorna las casas y los jardines con conejos, flores y adornos varios para esta fecha. 

No es que quiera ser copiona o importar costumbres extranjeras, pero parece que el próximo año, en mi casa, la búsqueda de huevos va a incluir canastitas con cositas varias... total, la Libe lo pasó regio!!

              Aquí estamos con Ody, nuestro amigo que fue activo buscador de huevitos.


                            Terminada la búsqueda, con el tesoro en las manos!!