MI VIDA EN STUTTGART

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Lunes 1 de noviembre

Con esto de venirme a Alemania, muchos me tiran la talla de no vas a volver flaka, se van a quedar por allá, te va a gustar la vida europea y bla bla bla.
Mmmm… ¿qué puedo decir al respecto? Que por ahora no me imagino quedándome por acá, tampoco voy a decir nooooo, jamás me quedaría porque eso sería como escupir al cielo y la vida da demasiadas vueltas como para arriesgarme a recibir mi saliva en la cara. Sólo puedo establecer que si ahora tuviera que decidir entre quedarme o irme, yo me voy, sí, volvería a Chile.
Pero cómo?!? Dirían muchos, si la vida allá es tan agradable, todo es tan bueno!! Mmm, sí, también es verdad eso. Acá, como ya lo dije antes, la calidad de vida es muy agradable, es muy buena. Se vive harto más tranquilo que en Santiago. Bueno tampoco me puedo quejar de mi vida en la capital chilena, vivía en el Cajón del Maipo, así que no era lo más representativo de la realidad. Yo vivía bastante bien en mi loft rural, equipado con todo lo necesario para estar cómoda, estaba conectada (celular, internet y tv digital), tenía auto, y ahí la delincuencia no era tema… qué más se podía pedir??  De puro regodiona pediría que las cosas, en general, estuvieran un poco más cerca jajajajaj!! Ese era el único problema, todo quedaba lejos.
Acá tengo todo lo de arriba y además las cosas quedan cerca, una mezcla perfecta, porque en Santiago se puede tener todo cerca, pero eso incluye a  la delincuencia, que no es ninguna gracia.
Entonces, ¿por qué me iría de vuelta?
Porque tengo una hija y porque espero tener más hijos.
Sí, por eso me iría. Porque ella tiene una bendición maravillosa que se llama ABUELOS y ABUELAS. Y yo quiero que ella disfrute a sus abuelos. Perdí a los míos, por diversas circunstancias no pude tener una relación cercana con ellos. Y me hicieron mucha falta, sobre todo la Mam. Entonces, yo quiero que la Libe goce como condenada de la relación con sus abuelos, que además de vivos están felizmente casados y son dos matrimonios ejemplares  y tienen tanto cariño para ella.
Quiero que la Libe me diga que quiere ir a quedarse a la casa de su Lela, o salir a pasear con la Omi o  regar las plantas con el Tata o salir a esquiar con Panchito, que sus abuelos y abuelas sean parte de su vida totalmente.
Además, los abuelos traen consigo una extensión de la bendición que son los tíos, tías, primos, primas, de primer y segundo grado, en fin, todo el familión. A mí me encanta recordar mi infancia y ver que siempre la familia estaba presente, cómo olvidar esas navidades apatotadas, esos 18 de septiembre con la casa llena de gente, las risotadas, la mesa de los niños, los asados, los altos de loza sucia, los bailes y las fiestas… Por eso a mis hijos quiero darles algo parecido.
En este momento no sacrificaría todo eso sólo porque mis hijos vivan mejor o tengan mejor educación. No sé si en 10 años cambiaré de opinión, pero confío en que en Chile con un poco de esfuerzo se puede vivir tranquilo. La familia también es parte de una buena calidad de vida, sana y entretenida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario