MI VIDA EN STUTTGART

martes, 9 de noviembre de 2010

Martes 9 de noviembre


Con esto de tener dos coches ahora me creo la muerte y quiero puro salir a patiperrear. Mi espíritu aventurero ha revivido cual ave Fenix de la oficina del profesor Dumbledore.  Ayer me fui al grupo de mamás de habla hispana al que me invitaron. Hoy me fui de compras al supermercado y al Pre unic.
Es que si ustedes supieran lo agradable que es poder volver a disponer así de mis ganas de salir, adiós canguro, abrigarse con 20 grados, desarmá de coche, todo!! Ahora sólo abrigo a la Libe, me abrigo yo, tomo la mochila de mi hija y partimos miércale. Con lo fácil que es andar en esta ciudad con guagua, cómo voy a quedarme encerrada poh’! Menos con un día lindo como el de hoy.
Partimos al centro de Feuerbach, que es la zona donde vivo, algo así como la comuna… creo que esto ya lo había contado parece?  Bueno, caminando desde mi depto, al ritmo que yo camino con el coche, es media hora, pero ni se siente de ida, porque una va en bajada.
Primero fui al Pre unic. Ayy! Los problemas de mi ignorancia del lenguaje comenzaron. Tenía sólo la palabra clave: laminat, que es piso flotante. Tenía que comprar un limpiador líquido para pisos flotantes…  jijijiji yo buscaba esa palabra como loca, era mi objetivo y veía todo menos laminat… hasta que apareció, ahí mi objetivo cambió a encontrar el laminat más barato, o.95 euros y lo puse en el coche. Luego vinieron 3 cosas más y en todo eso fue como media hora, pucha que es difícil esto del idioma a veces oye!
En fin, salí feliz de ahí con las cosas en el canasto del coche y me fui rumbo al supermercado. Entonces, en la puerta del super caché que llevaba todo la compra anterior así no más en el carretón y con mi mente de chilena m pregunté dónde estaba el guardia que marcaba las cosas para entrar a comprar tranquilamente y después no creyeran que estaba robando… oh! No había ningún guardia, ni custodia ni nada ni nadie para preguntar (bueno, hacer el intento porque así como que preguntar preguntar no iba a ser).
Entonces yo figuraba ahí parada en la entrada del super pensando cómo lo hacía, entraba  o no entraba? Serían tan indulgentes con una pobre extranjera si creían que estaba robando? Uuuyyy me pasé una cantidad de películas en sólo un par de minutos, cómo tan rollera  por Dios, a veces me sorprendo de mi misma, bueno cuento corto, entré nomás, con la boleta de la compra del Pre unic bien a la mano por si las moscas.
Ni se imaginan la tremenda variedad de yogurts que hay acá, de todos los portes, presentaciones, sabores y combinaciones con fruta, mermelada y de un cuantuhay, yo sólo quería algo así como un yoghito para la Libe y no encontraba algo tan simple, de pronto vi Danone, ya dije, esto lo conozco, así que saqué cuatro. Ahora venía el paso de entender el precio, era 0.95 cada uno o los cuatro? No Nadia, anda a la caja no más, esto es caso perdido.
Compré todo lo necesario y me fui a la caja. Obviamente la cajera ni se fijó en lo que yo llevaba en el coche, en realidad, nadie se percató, a nadie le importó. Puse mis cositas en la correa transportadora de la caja y pagué. Acá los y las cajeras siempre te dicen el valor que tienes que pagar y después te dicen cuánto es tu vuelto, yo que ya sé algo de los números pongo oído firme para entender, pero siempre termino sonriendo y mirando la pantalla de la caja, y me digo para mis adentros ya llegará el día en que no mire y sólo pase el billete.
De vuelta, como es en subida, para darme ánimo pensaba en las caloría que iba quemando con mi esfuerzo físico… vamos flaka, vamos flaka, paso lento pero seguro mientras corría la gota por mi espalda… ahora para pasar todo eso, mientras escribo este cuento, llevo tres cucharadotas de nutella en el cuerpo… bueeeeno mi esfuerzo!!!

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