MI VIDA EN STUTTGART

domingo, 7 de noviembre de 2010

Viernes 5 de noviembre

Y fui a Ikea… oooh! Aaaah! Uuuuh! Imagínense las tres grandes tiendas más famosas del Plaza Vespucio, del Parque Arauco y del Alto Las Condes  juntas, sáquenle la parte de ropa, zapatos y perfumería eso sí, y eso sería más menos la proporción en tamaño de este lugar… enooorme!!!.
Bueno la aventura comenzó con el viaje, que es el trayecto más largo que hemos hecho por acá. Ubahn, Spa (metro) y bus. Pude comprobar que la accesibilidad de esta ciudad tiene su talón de Aquiles, ya que las estaciones de Spa más antiguas (que más parecen estaciones de trenes que de metro, como en las películas de la segunda guerra mundial) no tienen rampla para los coches o sillas de ruedas, así que vamos tomando el coche entre el coso y yo para subir o bajar escaleras medianamente largas, mientras reclamábamos por esta falta de modernidad en la ciudad.
EL Coso, que ya había ido antes a la tienda, pero en auto, sabía que estaba al lado de un mal, así que cuando el bus llegó al mal y toda la gente comenzó a bajarse, obvio, nosotros también nos bajamos… y plop! Nos habíamos bajado una parada antes, tuvimos que caminar como 4 cuadras hasta llegar a Ikea, tampoco fue tan terrible, pero nos pasó por seguir a la masa.
Ya en la tienda, la entrada es una gran puerta giratoria que tiene al centro muchos peluches de propaganda, luego a un costado venden hot dogs, sí, nuestros queridos completos pero a la alemana pues; te pasan un pan más corto que el nuestro, de hecho, la salchicha queda colgando por un extremo, y hay unas mesas con dispensadores de mayonesa, kétchup y mostaza, junto a unas fuentes con pepinillos y una cosa que lucen como hojuelas de cereales, bien crujientes y muy ricas. Almorzamos este platillo alemán con mucho apetito, ya eran las 14:00 hrs!!
Y empezó la aventura, no sin antes pasar a mudar a la Libe y ver que acá hay mudadores en baños de hombre y mujer, además de una sala para mamás, donde se puede dar pecho. Nos subimos a un ascensor que le hacía honor al lugar, parecía como de hospital, graaande, y como una especie de camino amarillo se alzó ante nosotros el “pasillo”, de color gris. Por ahí uno empieza a avanzar.
A los costados de ese pasillo uno ve unas especies de instalaciones de partes de un hogar, por orden, porque acá todo es muy ordenado, Primero estaban las cocinas y uno iba viendo muchos estilos de cocinas completamente amobladas. En una de ellas me senté a darle la mamadera a la Libe, y la gente entraba, miraba la mesa, las sillas, el cucharón colgado, porque están muy bien decoradas. Parecían set de televisión, ¿han visto uno alguna vez?. De ahí venían los baños, los dormitorios, el living, comedores, salas de lavado, piezas de niños, escritorios y todas las habitaciones y rincones que pueden haber en un hogar.
¿Y cómo compra uno, se preguntarán? Porque claro, uno no va a sacar lo que quiere de esta instalación y desarmar tan bonito escenario. Por todo el local hay unas cajitas con lápices minas y hojas, que uno saca y en las que se va anotando el código de cada artículo, así al final de la tienda se llega a una especie de galpón, más parecido a un Homecenter, donde código en mano uno busca y saca su artículo y lo echa al carrito. Práctico no?
Y es tan infalible el sistema, que si un artículo se acaba, no tiene código, entonces uno no se pasa todo el recorrido (de una hora fácil) creyendo que va a comprar algo que después no está en stock, chori verdad?
Entre estas instalaciones televisivas y el galpón, está la parte más normal de la tienda, lo que sería Falabella por ejemplo, ordenado también por secciones, entonces uno puede sacar directo el producto, de todo lo que uno busca para la casa: cortinas, utensilios de cocina, juguetes, en fin, muchas cosas de porte pequeño.
Llegando a la caja, salimos como flecha porque el bus estaba por partir y acá si dice que sale a las 17:07, el bus parte a las 17:07, con todo nuestros bártulos subimos al bus justito.
Ah! Salí de ahí con tantas ganas de tener mi casa y amoblarla y decorarla… había una cantidad de cosas impresionante, uno se mareaba de tanto mirar, lo que más me mató fueron los dormitorios de niña, eran espectaculares, saqué varias ideas para hacerle la pieza a la Libe en unos tres años más por lo menos.
Pero llegamos al depto y volví a nuestra realidad… y decidí que tengo que convertir mi casita en un hogar pronto. Y esta austeridad obligada en la que estoy de seguro me va a dejar algo bueno. Mi creatividad tiene una ardua tarea, con poco hacer mucho. No podemos amoblar y decorar como locos, la plata no alcanza y además en dos años se desarma todo, no tiene sentido.
Creo que vivir así nos va a hacer muy bien, estaremos fuera del círculo consumista de esta sociedad por dos años y ojalá se nos quede como costumbre. Nos obliga a desplegar habilidades de vida de manera creativa. Es cierto, al ir a Ikea tuve ganas de comprar y comprar y comprar muuuchas cosas, pero también me sentí como feliz de no poder hacerlo, esto de vivir desprendidamente será una de las mejores lecciones de vida de esta época.

1 comentario:

  1. Me imagino el Ikea y todas las cosas lindas que deben haber alli! Aca, mi leccion de vida nº1 fue: IMPOSIBLE COMPRAR COSAS NUEVAS. Aqui las tiendas de muebles usados abundan y entre los mismos estudiantes que vienen/van se pasan los datos. Creo que lo UNICO nuevo nuevo que tenemos es mi cama, porque todo lo demas (incluyendo loza y ollas) las compramos usadas. Cuando salgo a las tiendas ni me paseo por las secciones de "hogar" porque esas cosas estan lejos de mi alcance. Habra algo asi como un "craiglist" en alemania? no seria mala idea chequear eso....Es tan imporante tener una casa que uno sienta su casa, aunque sea por dos años, uno necesita un hogar.
    Aquj recien empezo a hacer frio y ya cambiaron la hora asi que se viene nuestra temporada invernal. Ojala no sea tan fria como la del año pasado!!! Les mando un abrazo a casa uno. Besos!
    Tania

    ResponderEliminar