MI VIDA EN STUTTGART

martes, 21 de diciembre de 2010

Martes 21 de diciembre

Hoy no tenía planeado escribir. De hecho, mi lista de labores caseras no es menor. Pero un posteo en la foto de un contacto en facebook cambió todo.
Un aviso de noticias me ponía al corriente sobre un comentario que Will había hecho en una foto de Laura. Casi nunca leo esos comentarios, a menos que conozca a todos los involucrados en el hecho. O sea, si fulanito comenta la foto de un contacto mío, paso de largo. A Will y Laura los conozco.
De puro copuchenta me metí a leer qué había escrito.
Nunca imaginé lo que estaba escrito bajo esa fotografía. En inglés, decía “Saba passed away”. Ese era una parte de todo lo que Will escribió. Significa que Saba partió, la intención significa que partió para siempre. Me quedé pegada en eso.
¿Saba había muerto? Dios mio, cómo? De inmediato escribí a Will para saber un poco más, cuándo, dónde, cómo? Era la misma Saba que había compartido con nosotros los talleres en NYC? Will me respondió rápido y me dio la fecha pero no sabía nada más. Me envió un link de una página de memoriales, lo abrí.
Y ahí estaba su foto. Su sonrisa. Su mirada.
Era la misma. La misma mujer de Bangladesh, diminuta, risueña, espontánea, la de la ropa linda que a todas nos gustó.
Esa mujer que hacía teatro Playback en los patios de las casas de su comunidad, para alentar a las mujeres a respetarse, para defender sus derechos en una sociedad donde prácticamente la mujer es una posesión de los hombres de la familia. Ella con su grupo daban voz a seres humanos que no tenían voz, a costa de ser mal tratadas por sus propios parientes masculinos. Qué coraje!!
En su familia ella era la excepción. Y quería que otras mujeres de su comunidad pudieran volar alto como ella lo estaba haciendo. Estaba casada con un alemán. Vimos fotos de su boda y nos contó todas las cosas lindas que la familia de él había hecho para que ella se sintiera acogida y como en su casa. La ceremonia había sido hecha en las dos religiones, en Alemania. De su familia no había nadie.
Había viajado por varios países, había experimentado la soledad, esa soledad que sienten a veces los que se atreven a ir en contra la corriente de su comunidad. Y nos encontramos en el taller de “Conducting”. Luego en el “Advanced skills”.
Y también nos encontramos en el plano humano. Ella no entendía por qué la sociedad era tan injusta con las mujeres en su país. Yo no entendía por qué la sociedad era tan injusta con las personas diferentes como mi hermana. Compartimos lágrimas hablando de nuestras preguntas, teníamos el mismo dolor por la injusticia.
Al finalizar el segundo taller, en el cierre, había que hablar con alguien a quien tuviéramos algo que decirle porque era importante para nosotros. Nos miramos y nos acercamos a hablar. Le dije que admiraba su coraje, el valor de enfrentar la opresión, de vencer el miedo y atreverse a desafiar la fuerza bruta con la belleza que sólo puede darse por una única vez en el escenario del teatro Playback. Le dije que su espontaneidad era una chispa que encendía todo a su paso y que le deseaba mucha suerte en sus proyectos, que si desde la distancia la podía ayudar en algo, contara conmigo.
Ella me dijo que me encontraba muy parecida a ella, que yo era muy espontánea también y que no tuviera miedo de serlo.
Tomadas de las manos, nos mirábamos y llorábamos. De ahí nos separamos para ir a hablar con otras personas del taller.
Con el tiempo, seguimos en contacto por facebook. Hasta hoy, que luego de leer el posteo, la busqué entre mis amigos y no estaba.
Saba, recuerdo tu ejemplo, siempre contaba lo que vi en ti y  estés donde estés, espero que sigas haciendo reír con tus expresiones y tus historias. Tengo pena de saber que ya no estás. Tenía la esperanza de volvernos a ver el foro mundial de Playback del próximo año acá en Alemania.
Sé que estarás ahí.     
Seguiré contando tu historia.

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